Chema Granados hace en ROCKCULTURA una crónica de lo que fue la Fiesta de la entrega de Premios en la Sala El Quinto Pino
A veces, los sueños nos parecen inalcanzables. Sin embargo, cuando nos esforzamos en luchar en lo que creemos, aparece siempre una puerta mágica que te conduce al éxito. Anoche cumplimos uno de nuestros grandes sueños y retos: compartir noche y rock con músicos de los cuales somos fans, para mostrarles nuestro respeto, y nuestro reconocimiento. A ellos les debemos el hecho de poder satisfacer nuestra sed de cultura, de vida, de poder encontrar un vehículo de comunicación con nuestras almas, y con nuestros semejantes. En Rockcultura nos fijamos una pasión ineludible: la búsqueda de nuevos valores, de nuevas propuestas, el apoyo incondicional a las bandas que tienen mucho que ofrecer, y que en demasiadas ocasiones, se les niega el derecho a ser conocidos por el público. Además, revindicamos la música en directo, el contacto en vivo con los músicos, y la asistencia que garantice la perdurabilidad de una industria demasiado angosta.
Por eso, organizamos una celebración por todo lo alto, con la sala El Quinto Pino colmado de gente, y un cartel con peso específico. Dos bandas que nosotros hemos premiado, y a las cuales les dimos la oportunidad de presentar sus trabajos ante el público. Dos bandas increíbles, que constituyen la punta de lanza de nuestro rock mas contemporáneo y emergente. Dos bandas disimiles en la manera de interpretar el rock, pero hermanadas por un mismo sueño: poder situarse del lado afectivo de sus semejantes.
Abrieron la noche BIOSFEAR, una de esas bandas sólidas y bien asentadas, que sorprenden por esa capacidad tan singular que tienen de convertir un estilo en obra de arte. Quizá los más escépticos esbocen una mueca de incredulidad. A las pruebas me remito, un disco imponente, dos premios de prestigio en espacio de pocos meses, y toda prensa especializada en metal y hard rock rendida a sus pies. Y la culpa la tiene un disco increíble al que titularon “Antes De Que Todo Cambie”. Un disco donde han moldeado todos sus recursos, para dar formar a un conjunto de canciones que navegan en mares del metal progresivo, aunque atraque en ocasiones en playas mucho más melódicas. Y de hecho, presentaban un EP titulado “Una Cura De Ilusión”, un disco donde han jugado a ser funambulistas sobre el abismo de los arreglos acústicos de varios temas de su larga duración, como “Las Arrugas De Mi Piel” o “Mares Ahogados” así como dos versiones, una de Queen “Love In My Life” y “Human Mature” de Michael Jackson. Interpretaron todo el set con autoridad, imprimiendo sentimiento y armonía, y sobre todo, mucha conexión con el público.
Tras el cambio de backline, la voz a capella de Nieves Lucerón nos introducía en el tema “Alicia En El País De Las Mentiras” con las que comenzaron DULCE NEUS su show. Imprimieron fuerza y contacto directo con el público desde el primer acorde, y se afanaron con encadenar una serie de canciones más destacadas de su nuevo disco “Malabaristas Del Corazón” como “Malviviendo”, “Charcos De Barro”, “Un Buen Día” o “Duele El Alma”. El hecho de que se llevaran dos premios Rockcultura como mejor banda revelación nos es gratuito, y esto quedó patente con la descarga de energía y buen rock a la que nos sometieron. Una versión de “Maneras De Vivir” de Leño, metió al público en el meollo de la celebración, lo que aprovecharon para rematar la faena con “Tu Y Yo” o “Sin Solución” más una versión excelente del “Rock & Roll” de los Led Zeppelin, donde José Cuesta nos regaló un solo de guitarra muy intenso, creativo y espectacular.
“Nunca Seremos Estrellas del Rock And Roll” el single de su nuevo disco, marcó el preámbulo de la despedida, que se materializó con otra versión, esta vez de los australianos AC/DC, “‘Highway To Hell’. Una vez más dejaron patente la fuerza de su directo, y esa personalidad tan particular de entender el rock, que les caracteriza. Además, recogieron el fruto de su trabajo, el calor del público y el reconocimiento. Causan impacto, para bien o para mal, y no dejan indiferente a nadie. Un reto difícil el suyo: convencer con el poder de su originalidad y su profundo amor al rock. Excelentes armas para quienes no tiene miedo a la oscuridad. Ellos llevan muchos años abrazados a ese amor imposible, pasional y adictivo que es el rock. Saben muy bien el terreno que pisan.
Por fin, dimos paso a la entrega de las placas que acreditaban el premio 2.011 al mejor disco en las diferentes modalidades. Discursos, abrazos, cachondeo y mucho compañerismo. Una gozada. Una a una fueron pasando las bandas por ele escenario para recoger sus premios, que este año han recaido en las siguientes bandas: CENSURADOS, BENITO KAMELAS, SEALEN, MALA REPUTACIÓN, DULCE NEUS, ENBLANCO, BIOSFEAR Y KAXTA
CHEMA GRANADOS, Director de ROCKCULTURA