El 17, 18 y 19 de junio tendrá lugar la séptima edición del genuino festival manchego tras dos años de parada obligatoria por la COVID-19
Tras el aplazamiento y cancelación de su edición de 2020 por medidas sanitarias, la asociación toboseña vuelve a avivar la llama de un festival referente de la escena emergente manchega y nacional.
El #ZepoRock2022, tras años de crecimiento paulatino y sostenible, apuesta esta vez por recuperar el “zeporrismo” en un formato acorde con las medidas de seguridad pertinentes, con el objetivo de devolver la alegría a su querido pueblo.
“Es el momento de recuperar el espíritu de colaboración que consagró el Zeporock como alternativa a una escena festivalera repetitiva, devolver la cultura musical al medio rural y servir de altavoz a bandas emergentes” nos recuerdan desde la asociación toboseña creadora del festival.
Tras casi dos años de silencio el zeporrismo volverá a sacudir La Mancha. El ZepoRock, tras años de arduo trabajo que lo consagraron como referente de la música emergente de la región, regresará a El Toboso el 17, 18 y 19 de junio. En su séptima edición, esta iniciativa empeñada en democratizar la música y la cultura llevándola al entorno rural de la Mancha más zeporra, servirá de plataforma a nuevos talentos que pasarán por el escenario en el que ya han tocado bandas ya consagradas como Aurora & The Betrayers, Anaut, The Sweet Vandals, y grandes talentos emergentes como The NIftys Beluga, Sugarcrush Alpargata, Tongo, Última Experiencia, 51 Grados, Fizzy Soup, Gatomidi, Mamita Papaya, Shiva o The Gagarins.
Tras años de crecimiento el festival se rearma con la intención de mantener la llama de la cultura zeporra viva, “son tiempos de mucha incertidumbre, de constantes vaivenes, como si todo aquello que conocíamos se estuviera tambaleando o diluyendo, pero a veces hay que liarse la manta a la cabeza, coger impulso y recuperar la alegría, las ganas de vivir y compartir, que mejor manera que a través de la música” afirman los organizadores.
El festival vuelve a apostar por su consolidada fórmula de tres días de programación, con conciertos al aire libre, clases de baile, Djs, talleres infantiles, pasacalles, visita a bodegas y piscina, y sobre todo el buen rollo de la comunidad zeporra que aguarda noticias hace tiempo: “Hemos proyectado el festival acorde con los tiempos, pero no queríamos hacer unos conciertos y “chinpum”, anhelamos que la comunidad zeporra se vuelva a unir, a ponerse al día entre bailes y conciertos, mezclar a niños y mayores en esa cocktelera de festival rural tan marca de la casa, un poquito más reducido, siempre seguro y sobre todo divertido, necesitamos reír y disfrutar en compañía” señalan desde la asociación zeporock.
Las zonas verdes y la piscina del albergue Dulcinea de El Toboso volverán a vibrar durante todo el fin de semana, con una programación que se extenderá desde la tarde-noche del viernes hasta la tarde del domingo al ritmo de la mejor música, nos indican los responsables de programación: “Estamos deseando volver a recorrer el pueblo con un pasacalles musical lleno de sorpresas, ver disfrutar a nuestros queridos zepokids, son innumerables las veces que nos han preguntado por su añorado Zepo”, les aguarda la diversión en familia con talleres infantiles, espectáculo de clowns, pintacaras, conciertos infantiles, inflables y la ya mítica piscina, que permanecerá abierta sábado y domingo.
Los conciertos y sesiones de Djs se repartirán entre el viernes noche y la tarde y noche del sábado, poniendo punto y final a lo grande con un vermú zeporro también maridado con música en directo el domingo, “seguimos queriendo bailar Roc&roll toda la noche y también al sol, casi es ya una necesidad” afirma Iván Martinez con ilusiones renovadas, y es que el Zeporock abarca día y noche durante todo el fin de semana, “aunque no ha sido fácil desperezar el festival tras su obligado letargo, el mero hecho de pensar en volver a reunir a la comunidad zeporra alrededor de la música, te devuelve la ilusión y las ganas de tirarte a la piscina de nuevo, de volver a sentir todo ese espíritu de colaboración y entusiasmo” nos cuenta Manuel Muñoz con emoción.