El festival EN VIVO 2012 acabó como casi todos presumíamos que iba a terminar, con un rotundo éxito y con todo el aforo vendido, más de 50.000 personas. Hoy por hoy existen en el país pocas empresas que tengan capacidad para organizar un festival de estas características y dimensiones y una de ellas es Last Tour International , ni los momentos de crisis en los que nos encontramos, ni siquiera la incesante lluvia del los primeros días, evito lo inevitable, precios relativamente bajos si consideramos la inmejorable oferta de grupos y bandas que ofrecía el cartel: Boikot, Los Suaves, El Drogas, Berri Txarrak, Bad Religion, Ojos de Brujo, Def con Dos, Obús, Violadores del Verso, SFDK, La Excepción, Shotta, Soulfly, Celtas Cortos, Macaco, Sôber, Kiko Veneno, Chambao, Rosendo, Soulfly, Mojinos Escozios, duo Kie, Falsalarma, Nach, etc. Rap, rock urbano, metal, hardcore, reggae y dancehall, flamenco fusión.. todo una variedad de ritmos y estilos musicales.
Una vez más queda demostrado que este formato funciona, bandas nacionales ya consagradas, los clásicos grupos siempre asiduos a casi todos los festivales de este tipo dirigidas a un público esencialmente joven con alguna incursión extranjera de calidad contrastada, es la mezcla perfecta para un éxito seguro, es verdad que ya de entrada la organización jugó una baza muy importante, contaban con el reclamo de EXTREMODURO una banda que llevaba sin aparecer por los escenarios más de cuatro años y querámoslo o no hay que rendirse a la evidencia, lo de EXTREMODURO se ha convertido en una leyenda, un mito, sus seguidores son fieles, fieles, entusiastas y numerosos, como curiosidad, es el único festival en el que todo el público estaba concentrado entorno a un mismo escenario, 55.000 personas atentos, y de que manera, a un mismo concierto.
Un acierto total es el lugar elegido para la tercera edición del Festival En Vivo 2012. Se trata de El Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid, con capacidad para 15.000 espectadores sentados, aunque en algún momento puntual del festival muy bien podría haber 55.000 personas en todo el conjunto del recinto ferial. Se trata de un impresionante ‘anfiteatro’ diseñado sobre la falda de una colina para albergar espectáculos musicales y escénicos. Su construcción supone un hito en el aspecto medioambiental, porque tanto el auditorio como el parque que lo rodea se levantan sobre lo que fue uno de los mayores vertederos incontrolados de España. Durante once años (1967-1978), la ciudad de Madrid depositó en esta zona 8 millones de metros cúbicos de basura. Casi 30 años después, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid decidió descontaminar la zona, encapsular los residuos en celdas bajo tierra y crear un inmenso parque de 36 hectáreas, entre cuyos equipamientos destaca el Auditorio Miguel Ríos y el recinto ferial
Miguel Ríos, dijo al verlo: «Es el mejor regalo que me podían hacer, mejor que ponerle mi nombre a cien calles».
Solo una reflexión más, estos festivales están muy bien, pero hay otro mundo del que no debemos olvidarnos, el de los grupos emergentes, bandas nuevas que empiezan o no tan nuevas que siguen luchando día tras día sin desmayo por hacerse un hueco en este mundillo bandas que desgraciadamente carecen de los medios de difusión necesarios para promocionar su trabajo. Management que lo dan todo, profesionales que sacrifican sus maltrechas economías por llenar esas innumerables salas de las que inundan el país, algunos de ellas incluso se aprovechan exigiendo clausulas ridículas y abusivas a grupos que lo único que pretenden es dar a conocer el resultado de su trabajo y el esfuerzo de horas y horas de ensayo
Los grandes festivales y macro-conciertos están bien pero acordémonos de los modestos.
MQ