¡Por fin! Así da gusto escribir una crónica: recuperado el sueño de 4 días y habiendo dormido en una cama de verdad. ¿A qué se debe semejante añoranza por un buen lecho? A que ayer concluía la decimonovena edición del Viña Rock de Villarobledo. Sí, esa que no han tardado en calificar como “la mejor edición de su historia”… pues que tiemblen los 20 años que cumple en 2015…
Entre esas 200.000 hormiguitas que se han dejado caer por el festival pudo estar un servidor, entre idas y venidas eso sí por motivos de trabajo. Y con esa sensación de mosaico, de entrar y salir, intentaré hacer una radiografía de lo que ha sido esta edición.
Lo primero de todo es dar las GRACIAS, sí con mayúsculas, a Música Quintanar y a toda la organización del Viña por dejarnos estar un año más allí y a mí personalmente por dejarme estar el primero como acreditado. Lo de la zona de prensa es un lujo que nunca había podido apreciar, obviamente, porque nunca había entrado. Esa mini-ciudad de la que solo pude disfrutar el jueves me pareció un auténtico Oasis, lo dice uno acostumbrado al camping y lo “sucio” del festival. ¿Qué por qué solo disfruté el jueves de ello? Bueno, a parte de por las idas y venidas porque no podía estar en un Viña sin vivir el camping…
Y esto del camping es lo que me hace afirmar que Viña Rock es un festival de personas, más allá de la música, de las actividades o eventos… Será una frase muy manida pero es que es así. El buen rollo y la comunión son la nota predominante en un lugar en el que si eso faltara se podría armar la marimorena… y seguramente es lo que muchos esperaran, que siendo un encuentro de Rock sólo hubiera caos y desperfectos… Tendrán que esperar otro fallo porque no ha sido así.
La organización ha sido similar a la de todos los años, los típicos puestos, los baños y lavabos, los mismos escenarios, destacando eso sí la novedad del escenario de Reggae muy bien acogido y todo un acierto. Y quizá por sacar algo de punta esté lo de mejorar los accesos a los conciertos. La única entrada se convierte en un auténtico atolladero con retrasos de hasta 30 minutos, por lo que obligaban a la gente a salir con casi una hora de antelación del camping (dependiendo donde se estuviera situado). Comprendemos que hay que registrar por seguridad etc etc, pero quizá se podría hacer otra entrada, o de alguna otra forma… Esperemos que en el 20 aniversario esta no sea la asignatura pendiente.
Y una vez repasado el festival en sí nos metemos en el ajo de contar algo sobre los conciertos, que son el cebo para reunir a tanta gente en esa Lugar de la Mancha al que a muchos ya les es difícil no recordar…
El miércoles volvió el autobús de la bienvenida a los viñarockeros en la zona de acampada, gran iniciativa que empezó el año pasado (si mal no recuerdo) y que sirve para calentar muy bien los motores para los futuros tres días (aunque para algunos es demasiado calentamiento). Fueron Itaca Band, Banda Jachís, Betagarri, Envidia Kotxina y Gomad! & Monster los encargados del recibimiento.
El jueves, algunos con la resaca, otros recién llegados se iniciaron “oficialmente” los conciertos. Grandes bandas se dieron cita desde bien pronto como Sinkope, Banda Bassotti o la Gossa Sorda. Mención especial para los rumanos Fanfare Ciocarlia, que solo con sus instrumentos de viento, una caja y un bombo hicieron mover al Viña a ritmo de Balkan del bueno. Algo que me sirve para hacer una reflexión acerca de la tremenda acogida de este tipo de música en cualquier festival y especialmente en nuestro país últimamente. Prueba de ello es el festival dedicado a la música balcánica “Iboga Summer Festival” que este año celebrará su segunda edición en nuestro país. De los ritmos balcánicos pasamos a todo un clásico del Viña: Reincidentes, quienes también andan de aniversario (este Viña parece ser el de los cumpleaños de los clásicos como Envidia Kotxina o EUKZ).Repasando temas de sus últimos discos con otros más conocidos como “Cucaracha Blanca”, “Jartos de Aguantar” o “Un días más” fueron calentando las gargantas para la fiesta que traía “La Pegatina”. Especialmente curioso es también como Viña Rock ha ido evolucionando de un festival de puro Rock a terminar por ser más bien un festival de fusión donde tiene cabida casi todo tipo de música… La pegatina haría un “emparedado”, junto a Eskorzo, al concierto de El Último Ke Zierre que fue el siguiente. Había ganas de ver que repertorio nos tenían preparado por su 25 aniversario y no defraudaron. Todo clásicos y muchas sorpresas que hacía mucho que no se escuchaban como “Lobo Estepario” “Quemaste tus alas de Ángel” “Mi Revolución” o “Tú Me Vicias”. Así demostraron que aún les queda rato para seguir gritando. Nosotros tuvimos la oportunidad de hablar con Sam, uno de los guitarras, antes del concierto, si quieres saber lo que nos contó puedes leerlo aquí. El final de fiesta el jueves lo ponía Eskorzo empezando de manera brutal su concierto con dos de sus canciones más tralleras “Mala conciencia” y “Dámelo” para dejar a la gente con ganas de más al terminar gracias a la variedad de sus ritmos y la fiesta que desprenden en el escenario.
Ya el viernes sólo tuve la oportunidad de ver a una nueva incorporación:”Bohemian Betyars”, otro de los ejemplos que demuestra que la música balcánica goza de muy buena salud en nuestro país, y sobretodo si se mezcla con ritmos punk como hacen los húngaros. Una banda que se está dando a conocer por todo el panorama español tras salir de gira después de actuación en el citado Iboga Summer Festival del año pasado. Tras ellos unos Segismundo Toxicómano a una hora inusual para ellos consiguieron despertar también los pogos pese al sol, tocando temas de su nuevo disco pero también recurriendo a los clásicos como “Podredumbre” o “Por ti”. Y en ese momento un servidor se tuvo que ir del Viña Rock…
… Pero regresó el sábado para el fin de fiesta. Mientras aparcaba pude escuchar a Juantxo Skalari & La Rude Band reviviendo los grandes momento que el cantante ya nos hizo pasar con Skalariak… Sonaron muchos temazos del grupo como “Vodka Revolución”, “Global Musik” e incluso “Skalari Rude Klub”. Después otro de los fijos del Viña: Soziedad Alkoholika daban cera de la buena mientras me plantaba en el camping… parece que los vascos siempre saben encontrar la medida perfecta entre canciones nuevas y antiguas y así lo demostraron en un potente concierto de los que ningún año defraudan y sabes que te irás con buen sabor de boca. Y después de semejante derroche de decibelios, los oídos se tuvieron que relajar para recibir a Muchachito Bom… quiero decir Muchachito y sus compadres, porque sí, el cantante ya no nos regaló el espectáculo de verle tocando el bombo a la vez que tocaba la guitarra y cantaba. Aun así, conciertazo de canciones revisionadas para la nueva formación con temas del Bombo Infierno como “Azul”, “Siempre que quiera” o “Cara Guapa”. Se acercaba ya el final de la noche y era el turno para otro Clásico, como la Mahou… Sí, eran los Porretas en uno de los conciertos más divertidos de los que yo tengo memoria o al menos que mejor me lo hicieron pasar los de Hortaleza. Con el siempre emotivo recuerdo al cantante Rober en “Aún Arde Madrid”, los Porretas recorrieron su discografía con “La del Fútbol”, “Jodido Futuro” o “Sólo Fui a Mear” entre otras que dejaron a la gente con muy buen espíritu para la traca final: The Locos. He de reconocer que no son un grupo que me llame mucho la atención pero el concierto que se marcaron para cerrar el Viña Rock 2014 fue glorioso. Descarga de adrenalina, bailes, ritmos ska y pogos… Casi como todo un resumen de lo que ha pasado por el festival en estos 4 días de locura y buena música.
Así pues, ¿quién no se plantea volver en 2015? Esperemos que Viña Rock conserve lo bueno que tiene, que es mucho, y que mejore las pequeñas cosas que aún le quedan pendientes para convertirse en un festival casi perfecto y su vigésima edición en la mejor de la historia…
Rubén García Sánchez
para músicaquintanar