Y llegamos a la última jornada de esta edición del Mad Cool, que desgraciadamente será recordada por la muerte de Pedro Aunión, aunque ha deparado grandísimos momentos musicales, y eso tampoco hay que olvidarlo. Porque la música es lo que nos reunía a todos estos días. A todos. Y la música es celebración de la vida, es el remedio a los malos momentos y sobrevive a la propia vida de todos y cada uno de nosotros. Las canciones serán recordadas más allá de la muerte de sus compositores, más allá de la gente que la vivió y compartió. La música es más grande que todo. Por tanto, el festival debía seguir. Pero hoy tocaba disfrutar los conciertos con la mente aún puesta en la tragedia. Lo bueno y lo malo, todo forma parte de la vida. Otra cosa son las responsabilidades, y de eso se encargarán la policía y los jueces, y ya veremos si hay responsabilidad o irresponsabilidad por parte de la organización.
En un día de perfil bajo, comenzamos con Wilco a unas horas tempraneras desmerecedoras de su posición privilegiada en la historia de la música. Más allá de eso, los de Chicago volvieron a cautivar a la audiencia con un concierto magistral, rebosante de buenas sensaciones, momentos emotivos y electrizantes. Una lección más. Siguieron los galeses Manic Street Preachers, que demostraron que su propuesta mantiene su total solidez. A pesar de la ausencia del bajista Nicky Wire por problemas personales, los Manic cuajaron una actuación prácticamente perfecta, trufada de canciones de todas sus épocas y con una energía digna de sus mejores momentos. Decididamente, la banda podría haber sido cabeza de cartel hoy perfectamente. Concluimos con Dinosaur Jr. Los de Massachusetts dejaron claro por qué son una institución en esto del noise-rock. En activo desde 1984 y recuperada la formación original con J. Mascis, Lou Barlow y Murph, Dinosaur Jr hicieron un certero repaso por sus «grandes éxitos», si es que se puede emplear este calificativo con una banda indie. Su actuación, por cierto, fue cortada unos minutos a las 22:50 para hacer un homenaje a Pedro. Era la hora a la que empezó su actuación del viernes y sonó de fondo la misma canción que le acompañó, «Purple Rain», de Prince. Era lo mínimo que se podía hacer. Pero, como dicen Manic Street Preachers en referencia a la pérdida de su guitarrista Richey Edwards,
«Everything Must Go»…
Texto: Paco Mota Ortega El Mundo de Pacman